Los feriantes

Se acaba el blindaje de los sueños
Viene el sonido del motor y un arrastre
Se gasta el tiempo inalcanzable
En el teléfono que repiquetea

Murmullos aquí y allá
En el recelo de una mente
Quedarse arriba o bajarse el alma
Cuando la vejación estalla

Ya volviendo a lo pequeño
En esa lengua que se escapa
Dos mofletes bien rollizos
Tan rellenos de espesa savia

Las calles con hileras de papel picado
Llenas de gente peregrina
Donde en cielos amarillos
Dos botas pardas se aproximan

Cuadros, platos y portezuelas
Nada escapa del reflejo
Huye pronto o haz silencio
Duerme y mátame en tus sueños

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