Piel Mestiza y Corazón Indígena

Llevo la piel mestiza, pero el corazón indígena
Tengo el cantar de la tortuga en mi vientre
Los mansos pies sobre escamas pardas
Cien almendras talladas de pulcra obsidiana.

¿Qué habremos pensado al vernos llegar?
Con los soles negros, tormentas de brea
Son mis hermanos y son mis hijos
Brotes de higuera que arroja mazorcas.

Miro el reverso de la quieta luna
Donde mi madre amamanta a un conejo
Colgando los hilos de caracoles púrpura
Que tiñen el todo de oscura noche.

Vigilantes escondidos en los retablos viejos
Observan los trece del Cielo Elevado
La huida montando en venados solares
Arrasa el plumaje de los vientos de fuego.

Dionisios yace

Tu historia guarda un beodo aroma, te abrazo y siento un palpitar dormido… tus ojos verduzcos y cansados de tantas lágrimas me miran, atiborrados de entrañable afección…acorazado, reacio esperpento opaco y frío, muero por gritar exclamaciones graves de mi amor petrificado… la humedad recorre mis mejillas, cuántos siglos habrán pasado en dolorosa afonía… soy fiel copia de tus sentimientos, tan agrios, tan ciertos…será que nuestros mundos paralelos fueron… de la cosecha añeja el acre elíxir bebimos, y así , perdidos errantes por el sendero… extraño tus ásperas manos de papel, temblorosas, divinas… eres mi triste odre y yo tu ángel perdido…

En tu extraviado sueño la revelación nacía… el enfermizo desasosiego, mis ojos en ti, tu fragilidad escondida en los recovecos de tu dulce sonrisa… el temor te ahoga en dionisiaca pesadilla, el cruel mundo del olvido…

Mis labios tiemblan y mis ojos claman… mi endeble héroe yace… poco a poco el férreo titán se desvanece… eres mi triste odre, y yo, tu ángel perdido…