Sueño en pasadizos

Soy libélula, destellos verdiazules… el néctar de profundo ensueño
Nenúfar es mi lecho, tus rosáceos labios mi enclaustro
Las pequeñas láminas sobre mi espalda, titubeantes…
Vuelo en halos luminosos, intangibles, perennes…
Si el tiempo fuera sueño, secretos pasadizos
Lacónico no sería vivir
Amargo no sería sentir
Marchitas alas etéreas, frenesí…

Nébula

…irrigando nebulosas, ebrias maquinaciones, siniestra mente de pasión aletargada que en presente intenta el aura negra inhalar…

aprisionado ente irregular y burdo,
en matices pétreos con hedor de antaño
la demora del alma de purpúreo lirio
a roce de pétalo del duro silencio
el enigma recrudece el caminar descalzo
vorágine que violenta el entrecejo roto
perpetuo esbozo de álgido entumecimiento
la ventisca pasa entre enredado estruendo
taciturnos relatos de un corazón también…taciturno…

La noche de los sapos

Ayer vomité surrealismo. Detrás de la pared había una cabra que balaba hacia el lado Este del campo de hiedras. Nunca supe dónde y cuándo se había extraviado. Por qué. Vomité hasta sentir que las entrañas habían expulsado todo el cuerpo amargo de los sapos engullidos la noche anterior. El veneno recorría con su sabor la boca mía. Supuse que era la maldad abandonando mi cuerpo. Supuse que eran las noches de llanto quedándose muertas sobre los sapos digeridos. Se fueron muertos. Se fueron solos. Los sapos solos.