Es el viento enervado
Sintiendo, sintiendo, sintiendo
Son las lunas severas
De las noches sin firmamento
Son las balas quemando los días
Disparadas por niños que no tienen miedo
Son las ratas bajo mi cama
Que roen, que lloran, que sangran
Son las botellas verdes
En las manos que ya no tiemblan
Es el calor que recorre la espalda
Chorreando la espesa amargura
Son los elefantes del techo
Pisoteando las cabezas aún con vida
Son los arrecifes claros sin peces
Bañados con aguas que hierven
Son borbotones de hormigas
Acarreando millones de huevos
Es la blancura infinita del cubo que gira
Es soñar que te mato y que muero.
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